La sensación es un campo de estudio que en general se considera el punto de partida para la investigación de los procesos mentales o cerebrales. Los orígenes modernos de este campo datan de principios del siglo XIX, cuando el filósofo francés Auguste Comte definió una nueva filosofía, preocupada por la aplicación de los métodos empíricos de la ciencia natural al estudio de la mente. Comte estaba influido por los empiristas británicos quienes sostenían que todo el conocimiento proviene de la experiencia sensorial, es decir, lo que puede ser visto, oído, tocado, gustado u olido. Uno de ellos, John Locke, propuso que en el momento del nacimiento la mente está vacía como “un papel blanco, desprovisto de cualquier código, sin ninguna idea”, una tabula rasa, sobre la que la experiencia deja sus marcas y que se encargaba de reproducir los acontecimientos de medio externo. El fuerte establecimiento de la postura empirista en los estudiosos de los procesos mentales llevó finalmente al surgimiento de la psicología como una disciplina académica distinta. Separada de la filosofía, la psicología se desarrolló como una ciencia, preocupada por el estudio experimental de la mente, se ayudó de los métodos fisiológicos, y para ello acentuó en los primeros años la sensación, como llave de acceso a los procesos mentales.
Pronto encontraron que si bien la recepción sensorial difiere para cada uno de los sentidos, hay tres puntos comunes a todos los sentidos:
1) Un estímulo físico, cambios que suceden en el entorno.
2) Un conjunto de sucesos mediante los cuales el estímulo se transduce en un mensaje de estímulos nerviosos, es decir, la neurona sensorial recibe un tipo de energía (vgr. ondulatoria) y esta es transformada en procesos electroquímicos para ser analizada por el sistema nervioso.
3) Una respuesta al mensaje frecuentemente como percepción o representación interna de estas sensaciones.
Esta secuencia llevó a dos modos de análisis, originando los campos de la psicofísica y la fisiología sensorial. Esta última examina las consecuencias neuronales del estímulo físico, como los receptores sensoriales transducen el estímulo y como este es procesado por el cerebro. La psicofísica por su parte, se centra en la relación entre las características físicas del estímulo y los atributos de su percepción. Gran parte del interés actual en neurociencia de la sensación y la percepción, proviene de la reciente aplicación de estos dos acercamientos en experimentos con sujetos humanos utilizando pruebas no invasivas de la función cerebral, tales como la tomografía por emisión de positrones (PET) y la imagen por resonancia magnética (MRI).